19 de noviembre de 2013

Análisis: Burnout Paraside: The Ultimate Box


Los juegos de coches nunca han sido mi pasión, la verdad, el sueño de tener un volante para jugar siempre lo he visto como una pérdida de tiempo para mi aunque sí es cierto que jugar así tiene que ser toda una experiencia. Yo por mi parte hacía tiempo que echaba de menos la emoción de un buen arcade de carreras pues el buen sabor de boca que NFS: Hot Pursuit hacía que tuviera ganas de más pero a la vez en otro lugar, con otros coches. Es entonces cuando en unas rebajas de Steam lo v, me informé un poco sobre él y por el precio que tenía, unos siete euros y poco, pues me decidí a adquirirlo y el resultado son los siguientes.

Nos encontramos en Paraside City y en dicho lugar nuestro objetivo es fácil, convertirnos en el mejor conductor, pero la cosa no será para nada fácil ni rápida. A toda velocidad tendremos que superar una enorme cantidad de carreras y oponentes hasta conseguir el carnet que nos acredite como ÉLITE en Paraside City. Y listo, poco más podemos decir de la trama que da pie a este juego de conducción arcade.

El juego nos pone en la carrocería de una enorme cantidad de vehículos e incluso 4 motocicletas con las que podremos realizar las distintas pruebas que existen distribuidas por la ciudad, que de por sí es enorme y me atrevería decir que en su momento fue la más grande en juegos de carreras de este tipo. Los coches que tenemos a nuestra disposición tienen distintas características que se dividen en velocidad, fuerza y turbo, y a su vez se diferencian en Ataque, Aceleración y Trucos y esto nos indica las diferentes formas que tenemos para rellenar la barra que nos dará opción al turbo, aumentando la velocidad y aceleración de nuestro vehículo lo máximo posible. No solo eso, la obtención de los distintos vehículos es gracias a ganar carreras o destrozar los vehículos cuando aparecen por el mapa y es que una de las cosas más espectaculares que he visto es justamente eso, la física en la destrucción de los vehículos. Yo he sentido miedo, y no es para nada una exageración o broma, de como pueden llegar a estar los vehículos después de un choque. Se que es un videojuego y que lo que veo es ficción pero el sistema de física es tan bueno que la realidad es así y las consecuencias en nuestro mundo tan desolador. Es por este motivo que el título me ha parecido tan espectacular, pues los choques que podemos y debemos hacer son muy realistas.

Siguiendo con la ciudad, en ella existen 4 tipos de locales: gasolinera, taller, desguace y taller de pintura. La gasolinera rellenará la barra de turbo de forma inmediata, el taller reparará nuestro vehículo ya que llegado el momento si el nivel de daños es demasiado alto dejará de funcionar, el desguace equivale a nuestro garaje y es donde podremos elegir los distintos coches que hayamos conseguido, y en el taller de pintura podremos repintar nuestro bólido.

Todo esto como he dicho en un mapa enorme con parte urbana, de acrobacias, autopistas, de montaña y muchos, muchos atajas distintos y en ella es donde podemos realizar todas las pruebas que nos propone el juego, muy diversas y a cual más divertida. Tenemos las carreras clásicas donde deberemos ir de un punto A a uno B sin un camino establecido, pudiendo coger por donde queramos, también tenemos las acrobacias, pruebas donde tendremos que saltar, hacer piruetas, derrapes, conducir a toda velocidad para conseguir los máximos puntos posibles, es el turno de la caza, en ella tendremos que ir de un punto A a otro B mientras que unos vehículos no paran de destrozarnos y echarnos de la carrera. En éstas hay que tener mucho cuidado pues las veces que nuestro coche puede ser destruido es limitado y sólo en el taller podremos tener otra vez todas las “vidas” que antes poseíamos. Nos faltan hablar de las carreras al rojo vivo donde con coches determinados podremos optar a ganar uno igual mejorado de alguna forma solo si completamos el recorrido en un tiempo determinado y por último esta mis favoritas, Furia al Volante. En este tipo de carrera el objetivo es fácil y a muchos nos recordará al mítico Carmaggedon, tenemos que destruir a nuestros adversarios un número mínimo de veces durante X minutos, que irá aumentando contra más coches destruyamos. Aquí tenemos lo que es una oda a la destrucción y el espectáculo y siendo de los modos más divertidos que podamos encontrar. En lo referente a las motocicletas las pruebas solo son de velocidad y en un número bajo pero la verdad es que está en su justa medida y es un cambio de aires que le va muy bien al juego.

Como he dicho el mapa del juego es enorme y las zonas que oculta también lo son. El juego invita, y uno agradece y aprovecha esa invitación, de explorar cada zona y camino que veamos pues las sorpresas pueden ser enormes. Si ya de por sí el juego con la gran cantidad de pruebas que posee, unas 100 más o menos, se hace largo, la conducción por la ciudad o por sus zonas ocultas hace que la extensión del juego se dispare. Yo he tardado unas 63 horas en terminar el juego y aún así faltaban cosas por hacer y os digo una cosa, para nada cansa todo lo que se puede hacer.

Si pasamos ya al aspecto técnico, como ya he dicho la física de los vehículos es espectacular pero sobre todo en los que manejamos, no así en los que nos encontramos en toda la ciudad y que hace que no estemos ante una ciudad muerta sino muy viva. Además en cuestión de texturas y gráficos como se entienden, es espectacular y luce magníficamente aún después de los años que han pasado, siendo un juego que se disfruta de ver además que la ciudad está representada con mucho detalle así como todo el escenario sin faltarle nada ni sobrarle detalle. Respecto a la música me quedo sin palabras, si es verdad que tiene canciones que creo que no le pega nada al título como alguna de Avril Lavigne, aunque esto es más a título personal, así como todas las demás canciones que los anteriores Burnout tenían hasta llegar a canciones de música clásica que cuadran con más de un momento en particular y que tanto me gustan, además tenemos un reproductor que podremos configurar como queramos. Sin lugar a dudas la música le da mucha vida al juego y habrá momentos que nos animen unicamente a coger nuestro vehículo y recorrer todo Paraside City. No me olvido de los efectos de sonido que podemos escuchar y que están muy acertado con distintos sonidos de motor dependiendo si es un fórmula uno, un deportivo, una camioneta o las sirenas del par de coches de policía que podemos poseer del total de 70 vehículos.

Pero no todo es es bueno en este título y nos encontramos de bruces contra la política de EA hoy en día respecto a Steam. Este juego aunque lo posea en Steam y ser su versión “The Ultimate Box” solo posee algunos de los extras que el juego tiene y que en teoría se podría comprar pero dicha opción está capada. Podemos culpar a EA por su política o a Steam por el mismo motivo pero me temo que el problema es sobre todo de la 1º. No me comprendais mal, el juego es enorme y no le falta nada, es cierto, pero también lo es que enseña el par de cosas que tiene y que no podemos obtener por estos detalles de los cuales los usuarios y clientes, en definitiva los que estamos dándoles de comer, sean maltratados como tantas veces como lo somos siendo este un ejemplo más de la larga lista de cosas que sufrimos en nuestras carnes y que al final, la mayoría de las veces, tragamos de forma forzosa pero olvidamos rápidamente.

Mi conclusión es rápida, Burnout Paraside: The Ultimate Box es un excelente juego de carreras con un mundo enorme, una enorme cantidad de pruebas, muchísimos coches y toda la libertad que nosotros seamos capaces de soportar. Creo que es un juego que merece ser jugado y disfrutado por todo lo que ofrece tanto jugablemente como visualmente y la música, la gran música, que siempre nos acompaña. Una compra segura.

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