14 de enero de 2013

Análisis: Sine Mora

Los Shoot’em up fueron un género de juegos arcade con un exponente en los años 80’s en consolas antiguas o en las clásicas recreativas que por su dificultad y rápido juego eran ideales para dejarnos sin las deseadas monedas de 25 pesetas en eso salones recreativos de antaño. Pero poco a poco, sobre todo con la llegada de los gráficos en 3D, el género fue perdiendo relevancia aunque no así sus seguidores que tienen en los juegos indie y la emulación su mayores aliados. Yo soy uno de esos seguidores, Sine Mora pasó del Xbox Live a Steam y yo lo tengo.

Argumento

La guerra entre los Enkie y el Imperio ha llegado a su final, la victoria del Imperio es incuestionable pero no todo acaba con la batalla final pues hay 2 facciones que van a por el imperio. Una los rebeldes Enkie supervivientes y otra dentro de las propias filas del Imperio por una venganza personal. Es hora acabar la lucha.

La historia en cierto modo es bastante normal pero como se cuenta es algo más filosófico, podríamos decir. Veremos sobre todo los pensamientos de los protagonistas y algún que otro vuelco en los acontecimientos. Vislumbraremos el resultado de ciertas decisiones e incluso la inutilidad de ciertos actos. En definitiva, una historia normal pero contada de una forma “diferente”.
El juego posee 2 campañas, la normal y la alternativa que cambia unicamente quién cuenta los acontecimientos dando múltiples puntos de vista de este conflicto.

Gráficos

Hablar de los gráficos de Sine Mora es hablar de una belleza visual que deslumbra, y no exagero. Tanto el diseño artístico, totalmente bebiendo de fuentes dieselpunk, como todo el acabado en 3D y o unos monstruos finales creados por Mahiro Maeda que recuerdan a esos clásicos del género como Aero Figther hacen que no solo divierta, sino que sea un espectáculo.

Los efectos de luz son soberbios y llenarán la pantalla de luz y color con los distintos disparos que lanzamos y de los que somos objetivo así como unas animaciones excelentes de todas las unidades así como de los escenarios donde ocurre la acción, muy diferentes entre sí y llenos de vida.

El mayor fallo es que nos encontramos ante una conversión al PC y la configuración gráfica es muy básica y se nota en ciertos equipos como el mío al no poder poner una configuración mucho más baja. Aun así se juega sin apenas ralentizaciones así que realmente el juego no da problemas en ese sentido.

Sonido

Estamos ante unos efectos sonoros de calidad donde tenemos claro una cosa, estamos en medio de una batalla. Cada efecto es de una gran calidad y si añadimos una banda sonora, obra de Akira Yamaoka, que acompaña perfectamente al juego y cada situaciones hace que este apartado gane enteros.

Por otro lado tenemos el tema del doblaje y es que Gasshopper Manufacture, los encargados del apartado sonoro del juego, inicialmente pusieron las voces de los personajes en húngaro y al ver que quedaban tan acertados con los personajes, y doy fé, se quedaron así para todos los idiomas. Para la ambientación es totalmente acertado pero si es verdad que al funcionar por subtítulos, en perfecto castellano, muchas veces no podemos prestar realmente atención a lo que los personajes dicen aunque han intentado que sea las menos posibles.


Jugabilidad

Como ya he dicho antes estamos ante un Shoot´em up de Scroll lateral donde llevamos nuestro avión disparando a todo lo que vemos hasta llegar a gigantescos monstruos finales. Lo que premia es la habilidad para esquivar disparos más que matar a tus enemigos pues es la única forma de sobrevivir.

El sistema de juego a cambiado al clásico, haciéndolo muy interesante y estresante, y es que tenemos una cuenta atrás que se reduce de forma paulatina y si recibimos un disparo enemigo se nos penaliza al quitarnos tiempo. A su vez al destruir a nuestro enemigos ganamos tiempo teniendo una entrecruzada muy interesante ¿matar a todo lo posible o que te den lo menos posible?. Por si fuera poco tenemos que somos capaces de ralentizar el tiempo para realizar tareas mucho más complicadas o simplemente para ganar algo de tiempo.
Los potenciadores son los clásicos de aumentar los niveles de armas, armas finales, aumentar tiempo, escudo o simplemente tener más puntos. En este final hay una novedad, y es que el bonus es 1000 puntos y si lo cogemos el siguiente es de 2000 y el siguiente de 3000 y así va aumentando hasta que perdamos uno y vuelve a empezar la cuenta. Es un sistema que hace que uno y se piense más de una vez si le merece la pena o no.

La lucha con jefes finales es increíble tanto en diseño, tamaño o simplemente reto y es una delicia luchar contra arañas, naves, estaciones de defensa y otras maravillas del universo Sine Mora.  

Por último comentar los diversos modos de juego y es que Sine Mora no es solo una campaña con X mapas sino que también tenemos el modo arcade, la campaña pero sin historia, entrenamiento con jefes o contrarreloj y todas con unos niveles de dificultad configurables y que son un auténtico reto.

Conclusión
Estamos ante un excelente “juego de aviones”, como lo llamo yo, con unos bellos escenarios y una increíble jugabilidad. El detalle de que los personajes hablen en húngaro le da un plus a la ambientación que ofrece el título y que pocas veces he visto en este tipo de juego sea tan buena. En resumen, un imprescindible para los amantes de este género tan poco visto hoy en día en primera línea.

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