21 de enero de 2013

Análisis: Prototype


¿Cómo sería ser un mutante todopoderoso? gracias a Prototype lo sabremos, porque seremos justamente eso, un ser inmensamente poderoso, sin rival, con capacidades tan increíbles como volar, transformarse en otras personas, transformar nuestras manos en mortíferas armas o destruir todo lo existente a nuestro alrededor con solo un movimiento de nuestros músculos. Eso es lo que nos propone este juego, destrucción sin complejo y sin problemas de moralidad o límites. Todo esta permitido cumpliendo la única meta de divertirnos. Y para eso, como todo Sandbox, estaremos en un territorio libre donde poder movernos cuando, donde y como queramos. Manhattan es dicho lugar y el escenario de la lucha entre los mutantes, el ejercito y nosotros.

Argumento

Somos Alex Mercy y despertamos en una morgue apunto de ser diseccionado. No recordamos nada y todo el mundo pretende matarnos, además poseemos unos increíbles poderes. Solo sabemos una cosa, tenemos una hermana y seguramente ella nos podrá ayudar.


Estamos ante uno de los puntos menos logrados del juego, aunque la trama es buena y nos depara alguna sorpresa, no esta suficientemente bien hilada y nos quedará ciertos mal sabor de boca. Conocer la trama consta de 2 formas, la lineal, que se conocerá solo jugando el juego y siguiendo las misiones, y la red de recuerdos, esta última muy interesante como concepto pero solo nos sirve para darle trasfondo a la historia. Una de nuestra habilidades es la de comernos o “absorber” personas para recuperar vida y también en ese proceso obtenemos sus recuerdos. Esto hace que eliminar a ciertos personajes clave nos recompense con vídeos donde nos deshilachan la trama totalmente. Es algo muy complicado de conseguir ya que la cantidad de “personas clave” es realmente alta y Manhattan no está precisamente desierta.

Gráficos

La recreación de Manhattan esta muy lograda y vemos una ciudad inmensa llena de vida por donde vayamos. Gente en Central Park, cientos de vehículos en sus avenidas, calles llenas de gente. Por lo poco que conozco diría que la recreación a nivel arquitectónico es fiel.
Nuestros protagonista, así como sus inmensas mutaciones, están muy bien representadas y realizadas al igual que los enemigos.  A su vez, las animaciones están muy bien realizadas, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de movimientos imposibles que podemos realizar.

Pero tenemos un problema, las texturas. Ese es el gran fallo a nivel gráfico, unas texturas con errores o con fallos apreciables que aunque no son graves, si lo notaremos y desentonarán más de una vez en la acción.

Sonido

Explosiones, gritos, vehículos, todo esta perfectamente implementado y realizado. Las voces que escucharemos están en ingles muy bien realizadas por los actores responsables de ellas. Eso sí, los subtítulos están en toda voz importante que escuchemos, pero no en todas. Hay ciertos diálogos, no transcendentales que no están subtitulados.
En cuestión de banda sonora, realmente no puedo comentar demasiado, ya que es poco protagonista sobre la acción desarrollada y queda muy en segundo plano. Desde mi punto de vista es un gran fallo ya que normalmente es un elemento muy útil para la creación de ambientación y atmósfera, como bien se ve en juegos como Dead Space.

Jugabilidad

ACCIÓN, ese podría ser básicamente la palabra que resumiera la jugabilidad de este título, sin exageraciones.

Centrándonos en lo que se cuenta y ve, somos un mutante con poderes extraordinarios, casi podríamos considerarnos una especie de dios. Podemos correr a velocidades increíbles, planear, que no volar, saltar 20 metros y transformar nuestro cuerpo a voluntad. Pero nada es gratis. Inicialmente solo poseemos una velocidad, salto, fuerza y resistencia algo mayor a lo humano. Según vayamos eliminando a seres, da igual que sea un enemigo o inocente, iremos ganando puntos de evolución. Además, las misiones nos darán más puntos y por últimos los retos que podemos realizar. Estos puntos se canjean por habilidades y mejoras, hasta conseguir a nuestro avatar endiosado. Es un sistema simple, limitándolo únicamente la cantidad de puntos conseguidos y las habilidades desbloqueadas por el transcurso de la aventura. No tendría sentido tener el mayor poder en los momentos iniciales.

Las misiones principales son variadas, desde ir a un lugar hasta eliminar a ciertos personajes, no nos podremos quejar de repetición. Las secundarias son algo mas aburridas. Esta bien tener que conseguir matar a 3 científicos en 3 minutos recorriendo unos 10 Km, recorrer 2 Km en menos de 1’30 minutos o matar a 150 soldados en 2 minutos , todo muy bien la primera vez, a la décima cansa. Aún así uno lo tiene a veces que realizar si quiere conseguir tantos puntos para poder conseguir tal o cual habilidad o mejora. También están los 200 puntos distribuidos por Manhattan y 50 puntos de ayuda, que nos dan más puntos pero que están escondidos hasta la saciedad. Y Manhattan no son cuatro calles.

Como habéis leído, mas de una vez he escrito que nuestro protagonista es una especie de dios. No es algo exagerado, sino que nos sentiremos así al no depender de reglas morales o poder acabar con cualquier enemigo. Esto último es peligroso, no somos un dios aunque nos lo creamos. Si empezamos a creer que somos inmortales nos eliminarán muchas veces. El juego juega, valga la redundancia, con este factor, mostrándonos enemigos más poderosos que nosotros en el momento indicado. Se agradece este tirón de orejas pues nos baja de las nubes. Referente a lo primero de no poseer reglas éticas, podemos tener un fallo o no en la realización del título. Me explico. Somos una persona “normal” y cogemos a alguien del cuello y lo devoramos. La gente huye y se asusta (lo lógico) y si existen soldados o policías cerca nos dispararán. Bien, todo normal, pero no existen más consecuencias. No somos castigados por ello. No me quiero poner moralista ni ético, soy el primero que devoraba, mataba, reventaba a inocentes, pero es algo que falla. Somos el individuo más buscado, cosas del guión, hacemos esas cosas y solo si nos ven cometerlas nos persiguen. Creo que es un gran fallo, sobre todo si os digo que podemos disfrazarnos de quién queramos. Otra cosa, podemos correr por las paredes, no os preocupéis porque os vean, a nadie le extraña. Es Manhattan y es aquí donde Spiderman nació, es algo normal ver gente andando por las paredes.

Por último, llegado el momento nos encontramos a 2 bandos. Los mutantes y el ejercito, nosotros estamos en medio. Cada uno tiene bases repartidas por la ciudad,  que tienen un área de efecto que hace que sean zonas infectadas, llenas de mutantes, o no infectadas, la gente esta tan pancha teniendo a 100 metros un montón de mutantes porque aunque parezca mentira se ven esos casos. Si destruimos estas bases el área de efecto desaparece y en teoría ayudamos a la otra fracción. En teoría. No pasa nada, solo sirve como reserva de puntos de evolución. Al cabo de X tiempo se crean nuevas bases. No mencionaría esto sino fuera porque en teoría se podía uno poner de lado de una fracción o de otra, pero dicha elección no existe.

Conclusión
Si lo que queremos es una historia profunda, Prototype no es el juego. Si lo que buscamos es hacer el burro, reventar a gente, mutantes, helicópteros, blindados y bases militares sin ningún tipo de freno, es ÉL juego. Y es eso lo que nos ofrece y consigue. Es un juego que lo que hace lo hace bien, eso si, desaprovechando una trama que tenía mucho potencial y con la red de recuerdos se podía haber destacado mucho más si estuviera bien implementada. Tal vez si un juego como este hubiera caído en manos de un estudio que cuidase más este punto tendríamos un producto mucho más pulido y mejor. Aún así es un juego perfecto para echar el rato aunque llegado ciertas horas de juego puede llegar a cansar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario