28 de noviembre de 2012

Análisis: Scrapland


Este es el primer título del estudio español Mercury Studios con la producción de America McGee, y fue precisamente la producción de este creador lo que más publicidad dio al título gracias al origen y reciente éxito de America McGee's Alice. Pero el título tiene mucho más que un nombre conocido de en la producción, tiene identidad propia y humor por todos sus costados como ahora veremos.

Argumento

Somos D-Tritus y acabamos de llegar al asteroide Scrapland donde se encuentra la ciudad de Quimera, un lugar exclusivo de robots donde la aparición de los humanos esta prohibida por ley y sus habitantes son inmortales gracias a la Gran Base de Datos. A su llegada nuestro protagonista busca empleo y lo consigue de periodista y teniendo su primera misión, entrevistar al Gran Obispo de Quimera pero algo ocurre y es asesinado. Si, asesinado, ya que no solo lo han eliminado sino que han borrado su matriz de la Gran Base de Datos y ya no puede ser resucitado. Nosotros seremos los que tengamos que resolver el misterio con la ayuda de excentricos compañeros y un enigmático personaje auto-denominado “Garganta Profunda”.


Este es el argumento de este sand-box que sigue un desarrollo que me ha recordado a las comedias detectivescas de los 80's. Se dan muchas pistas durante la aventura pero muchas veces caemos en la trampa al ser pistas falsas o interpretarlas mal. Realmente la historia se hace muy entretenida aunque en su parte final empieza a decaer el interés por la propia aunque en ese momento todo da cierto giro y se reanima para la parte final.
Una parte muy lograda del título es la crítica social existente y que ahora detallo porque me impresionó mucho. Existen distintos tipos de robot en Quimera como banqueros, policías, funcionarios, el alcalde, obispos. Los banqueros son robot decrépitos cuya habilidad principal es robar y es así como han conseguido ser tan ricos, los policías son pequeños personajes que solo piden dinero y una negativa activa su modo de ataque con lo que se transforman en unas moles acorazadas dispuestas a eliminarnos, el alcalde solo habla, durmiendo a todo el que lo escucha y solo piensa en ganar la elecciones, lo demás es solo circunstancial, por último están los obispos que nos proporcionan vidas a cambio, claro está, de una suma de dinero y siempre están rodeados de lujo y joyas. Hay otros tipos pero son estos los que pienso que más acentuada es la crítica.

Gráficos

El diseño gráfico de todo, desde la misma Quimera con sus distintos distritos a las naves y robot esta muy cuidado y crítico en lo que se refiere a los personajes existentes.

En la parte técnica en si todo esta muy bien realizado y pocos o nulos fallos he podido notar en todo el mundo tridimensional en los que ocurre la acción. Desde las explosiones, disparos, animaciones, todo esta realizado con un cuidado extremo y nada falla.

Sonido

La música existente se diferencia del momento de acción y es más que correcta actuando como intensificador en los momentos de combates o carreras de naves o relajando en los paseos ya sean dentro de los edificios o por medio de las naves que podremos conducir.

Por otro lado los efectos sonoros son los típicos y no existe ningún problema, además las voces originales, esta en ingles, son muy aceptables y encajan perfectamente con los personajes a los que pertenecen.

Jugabilidad

El juego lo podemos dividir en 2 partes, exteriores e interiores. En los exteriores nos movemos por medio de naves que podremos fabricar con piezas en un taller, esas piezas, o mejor dicho los planos de las mismas, los conseguimos o “robándolos”, ganándolos en distintas carreras o misiones y en el taller lo montaremos como deseemos, pudiendo mezclar carrocerías, motores y armas a nuestro antojo y pudiendo crear naves “comunes” o totalmente destartaladas.
Después de tener una nave podemos ir por la ciudad tranquilamente, retar a carreras o combates, enfadar a la policía o los mercenarios o destruir toda nave que veamos sin excepción alguna. Además las misiones en este medio también son las acciones ya comentadas por lo cual es muy divertido. En ese exterior hay unos bonus para aumentar nuestra armadura, alias vida, o munición ya que ambos se gastan al ser disparados o disparar.

Por otra parte tenemos los interiores donde también podremos hacer distintas cosas gracias a una habilidad ganada al principio. Y es que D-Tritus tiene la capacidad de copiarse o disfrazarse como cualquier robot. Como consecuencia podemos disfrazarnos de mensajeros y realizar locas carreras con otros mensajeros a ver quién entrega los paquetes correspondientes, o banquero robando y aumentando nuestra cuenta corriente. Las misiones aquí son de ese tipo además de destruir a X personajes, sobreescribir a tal o cual, robar X dinero, etc... la verdad es que son bastantes variadas, con lo que la sensación de monotonía apenas aparece.

Aunque en el exterior podemos realizar carreras y combates, hay un tipo especial que solo los podemos realizar gracias al Apostador Loco, un excéntrico personaje que nos propondrá retos y que al superarlos podremos realizar la “apuesta loca” siendo distintos tipos de carreras o combates y teniendo como recompensa la mejora de los distintos tipos de armas. Realmente llega a ser lo más divertido del juego aunque con el fallo implícito de que este tipo de retos es limitado a 12, siendo el número de mejoras para nuestras armas.

Conclusión

Estamos ante un juego muy divertido y bastante bueno, con un humor más que aceptable donde entremete cierta crítica social que para los actuales tiempos es más que aceptable y veraz. Sin lugar a dudas es un juego que engancha y con el que no pararemos de echarle horas sin que nos demos cuenta dentro de un mundo totalmente desternillante. Tal vez la mayor pega sean el tramo final del juego y su último jefe y cerebro de toda la conspiración existente, pues, su dificultad es muy inferior a la de los anteriores combates existentes inmediatamente anterior a el. Aún así no tengan dudas y disfruten la alocada Quimera.

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